Por fin acabé con los compromisos de comidas y cenas de Navidad de empresa, en las que cada cual debe aguantar su estrella.
Ahora sólo me falta aguantar la época de compromisos familiares, gastos extraordinarios en regalos y la hipocresia de oir prodigar amor y paz a gente que el 8 de enero lo olvidará todo para volver a la ambición y guerra por el dinero.
Aljamhdou li la a todos!
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