Etienne volvía de pescar en la playa de arena blanca en Isla Tortuga. Ahora le quedaba limpiarlo, preparar la cena y ayudar a su familia a trenzar nuevas redes.
Etienne le gustaba Isla Tortuga, pero su juventud le traía sentimientos de hacer algo nuevo, de emigrar. Había pensado en establecerse en Puerto Limón, pero sus sueños le llevaban más allá, a la vieja Europa, al Camp Nou, a Barcelona.
Tenía un poster de Romario vestido de blaugrana en su habitación y siempre que podía escaparse de sus obligaciones, jugaba con un balón rudimentario que le cosió su abuela. Sabía hacer con él bastantes malabarismos y chutar por encima de las olas.
Una vez a la semana, una vieja camioneta GMC traía periódicos de la capital. Ese día era especial. Corría a esperar la llegada de Armando, el conductor, para coger entre sus manos el periódico,abrirlo por la sección de deportes y mirar la evolución del FC Barcelona en Europa.
"Algun día jugaré con los mejores allí" se repetía.
Hacía un tiempo envió una carta al FC Barcelona dándose a conocer. No le concedieron la prueba que pedía para ingresar en las categorías inferiores, pero la carta hizo gracia a alguien que la filtró a un periódico español que se ve que sólo hablaba de futbol, la noticia fue de voz en voz y un directivo de una empresa que fabricaba una bebida de color anaranjado, que sus padres no le dejaron probar, organizó un partido de futbol en Isla Tortuga. Le regalaron equipaciones del Barça y un modelo llamado Marcos se hizo una foto con él y una camiseta del Barça.
Ese día fue uno de los más felices de Etienne, junto con el día que besó a Mariela y empezaron a descubrir juntos que sexo era mucho más que una palabra en el diccionario.
Marcos y Etienne se solían escribir de vez en cuando, aunque desde hacía un par de meses no tenía noticias suyas.
Al llegar a casa, su madre le sonrió.
- Armando ha venido hoy - le dijo su padre.
- pero papá, si hoy no le toca venir...
- hijo, traía una carta urgente para ti, la hemos dejado encima de tu camastro.
Fue a su habitación. Al entrar quedó paralizado.
Sobre su cama, un sobre voluminoso con el membrete del escudo del Barça.
El poster de Romario parecía sonreírle.
1 comentari:
el Barça, l'eterna il.lusió...
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